APORTES AL PROYECTO DE LEY DE BIOCIDAS
PRESENTACIÓN
La
indiferencia en relación con las consecuencias ecológicas de los procesos
modernos, tanto mecánicos como químicos, nos está llevando a una contaminación
cada más peligrosa de la tierra, el agua y el aire, poniendo en peligro no solo
la vida humana, sino forzando cambios en todo el equilibrio de la naturaleza.
Hace ya mucho que hemos descubierto que el mundo está en peligro (Conferencia de
Estocolmo 1972, Cumbre de Río 1992), sin embargo no se han registrado
innovaciones capaces de neutralizar o mitigar los daños ecológicos producidos
por la aparición de descubrimientos en la ciencia y la tecnología. La
contaminación ambiental y el recalentamiento global son temas importantes y que
han sido incorporados a la agenda internacional.
Desde el
Partido Municipal Nuevo Rumbo Placeño planteamos que la dimensión
ambiental no concibe al medio ambiente tan solo como una acumulación de
conflictos. La dimensión ambiental sobrepasa la categoría de los problemas
puntuales, trasciende el tiempo y las fronteras políticas, obliga a
considerarlo en todos nuestros planteos políticos, sociales y de políticas
públicas de una manera consensuada con todos los sectores de la sociedad.
Debemos trabajar por tener una ciudad y un campo en la que nos dé gusto vivir,
con vecinos que valoricen, cuiden y asuman como propios los espacios públicos,
con una gestión que los rescate, los genere y los desarrolle.
Trabajamos por construir una sociedad que viva en equilibrio con el
medio ambiente, a favor de la naturaleza, ya que como humanidad somos parte de
esa misma naturaleza, y la agresiones que ella sufre, las sufre el conjunto de
la humanidad. Personas, organizaciones y redes sociales estamos
luchando para sustituir el sistema agroalimentario de monocultivo extensivo
basado en el uso de agroquímicos -que daña a la población y a los ecosistemas y
es insustentable económica, social y ambientalmente- por otro que articule la
agricultura familiar, la vida campesina y la agroecología. Para ello
consideramos la urgente necesidad de impulsar un nuevo paradigma
agrícola de manera de poder asegurar suficientes alimentos sanos y accesibles
para la creciente población mundial, sobre la misma base de tierra arable, pero
con menos petróleo, menos agua, nitrógeno y otros recursos, y dentro de un
escenario de cambio climático e incertidumbre económica.
Decía Einstein "No
podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los
creamos". Para ello la ciencia debe ser rediscutida desde una mirada más
integral, menos reduccionista; si quiere, desde la mirada agroecológica. Es
necesario repensar el INTA, el INTI, las universidades. Hay que hacer ciencia
con la gente, investigación con la gente. La IAP (Investigación Acción
Participativa) es un camino posible. El sistema científico-tecnológico del país
todavía está –en gran parte- al servicio de intereses que no son de todos.
Sostenemos que el modelo agrícola industrial-convencional y sus
cuestionables derivaciones biotecnológicas está agotado y no podrá dar
respuestas a este desafío. Ante ello el sistema agroecológico se perfila como
la opción más viable ya que permite la generación de sistemas agrícolas capaces
de producir conservando la biodiversidad y la base de recursos naturales, sin
depender de petróleo, ni insumos caros. Esta agricultura de base agroecológica
es diversificada, resiliente al cambio climático, eficiente energéticamente y
compone una base fundamental de toda estrategia de soberanía alimentaria, energética
y tecnológica.
Se debe fomentar la
investigación en producción agroecológica, ya que es irresponsable seguir
empleando la agroquímica (antibióticos y hormonas en ganadería, plaguicidas y fertilizantes
en agricultura) como en el último medio siglo. El control de plagas no es un problema químico sino
ecológico (Riechmann, 2003:179)[1]. Hace falta una “nueva
cultura” de protección de las cosechas. Cultivar prácticamente sin agrotóxicos,
recurriendo a la amplia panoplia de herramientas de control que proporciona la
agroecología, es necesario y es posible. No se trata solamente de producir sin
venenos, se trata de pensar la producción, la transformación, la comercialización
y el consumo desde un enfoque más
integral, ecológico, equitativo, armónico, justo. Producir alimentos, fibras y otros materiales para satisfacer las
necesidades de todas y todos, ahora y en las generaciones próximas, es muy
diferente a producir mercancías para el mercado mundial.
Se
debe diseñar una Estrategia Nacional de Control Agroecológico de Plagas, con
objetivos escalonados para eliminar el 90% de los plaguicidas agrícolas en 10
años y reducir el consumo de fertilizantes químicos y recuperar en lo posible
la fertilización natural, cerrando los ciclos de nutrientes. Sería posible
reducir un 30% en promedio el consumo de abonos químicos en 5 años; y compostar
residuos orgánicos para fertilizar y mejorar los suelos, en 10 años (Riechmann, 2004:198)[2].
Para ello hay que fortalecer
el SNI (Sistema Nacional de Innovación), entendido éste como la red de agentes
e instituciones públicas y privadas (gobierno en sus tres niveles, empresas,
universidades, agencias de desarrollo, instituciones sociales de fomento, etc.)
que se articulan territorialmente para la introducción de nuevos productos y
procesos tecnológicos en la economía.
Se debe implementar un Sistema Integrado de Asistencia Técnica, multidisciplinario,
que coordine y articule los aportes realizados por Instituciones y Programas
Nacionales (INTA, con sus distintos programas de intervención; INTI; MAGyP con
sus distintas dependencias y programas; etc.), de instituciones educativas,
provinciales y municipales y los complemente en Programas Departamentales de Desarrollo.
Se nos ha invitado a debatir sobre la reforma a la Ley 3.378, conocida
como la Ley de Biocidas, que con modificaciones y complementaciones rige la actividad desde el año
1.988 en la provincia del Chaco. Creemos que mas que atender a un aspecto
parcial de la producción, nos interesa debatir sobre el modelo productivo que
queremos los chaqueños en el Chaco. De todas maneras, entendemos importante
hacer oír nuestra voz en este debate. Y esto es bueno, porque una de las cosas
más importante que estamos recuperando en este último tiempo es la capacidad de
debatir sobre las ideas y no atacar a las personas. Esto, que se perdió en el
’76 y que luego los sucesivos gobiernos democráticos no pudieron / supieron /
quisieron recuperar, es lo que nos permitirá crecer como comunidad organizada,
como sociedad civilizada.
Creemos que los debates transfieren poder a los ciudadanos;
son espacios donde se reconstituyen las relaciones locales para el logro del
bien común; las organizaciones sociales son un ejecutivo colegiado que define y
acciona en su comunidad; con atribuciones y mecanismos de control constituidos
por los propios vecinos. Los debates contribuyen a crear mayor ciudadanía, a
crear mayor poder ciudadano.
ALGUNOS PROBLEMAS
El modelo productivo agrario instaurado a partir de la revolución
biotecnológica, sustentado en la reproducción agroindustrial de cultivos de
generación biotecnológica o transgénicos u organismos genéticamente manipulados,
conlleva la utilización de cantidades crecientes de biocidas (herbicidas,
insecticidas, fungicidas, etc.), que estarían afectando seriamente la salud de
la población que convive con estos cultivos.
Conocemos por el relato de los productores, de vecinos afectados o por ser
testigos directos, lo que pasa en la provincia en relación a las
aplicaciones con diversos biocidas; el daño que ocasiona a los productores, a
los aplicadores y a los que viven cerca o al lado de cultivos con aplicaciones
de agroquímicos, en sus diferentes variantes. Vemos el daño que se hace al
medio ambiente, tanto por la aplicación en sí como por la contaminación con
envases, por la quema de los mismos, por las derivas.
El Informe
del 1º Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados realizado en la Facultad de Ciencias Médicas (Universidad
Nacional de Córdoba), los días 27 y 28 de Agosto de 2010, se menciona que “desde
hace casi 10 años los pobladores de las zonas rurales y periurbanas, donde se
desarrollan actividades agropecuarias basadas en el actual modelo de producción
agroindustrial, vienen reclamando, ante las autoridades políticas, ante la
justicia y manifestándose ante la opinión pública, porque sienten que la salud
de sus comunidades está siendo afectada ambientalmente, principalmente por las fumigaciones
con agroquímicos que se utilizan en las diferentes producciones agrarias, pero
también por la manipulación y depósito de estos químicos en zonas pobladas, el desecho
de envases y el acopio de granos impregnados de químicos dentro de los pueblos”.
Este mismo informe da cuenta del aumento de casos
registrados por el Hospital 4 de Junio de Presidencia Roque Sáenz Peña, de La
Leonesa, del Servicio de Neonatología del Hospital J. C. Perrando de
Resistencia, en cuanto a enfermos con insuficiencia renal, malformaciones
congénitas en hijos de madres jóvenes, cáncer en personas muy jóvenes, abortos
espontáneos y dificultades para quedar embarazadas, problemas respiratorios y
alérgicos agudos. Todos ellos vinculados, por los equipos de salud, a un mayor
nivel de contaminación química del ambiente, generado por la práctica
agroindustrial impuesta en la zona, que desplazó a los pequeños y numerosos
predios de algodón preexistentes y exterminó al bosque nativo.
Es público el estudio oficial de la Comisión de
Investigación de Contaminantes del Agua del Chaco, creada durante la gestión
del gobernador Capitanich, con la participación del Ministerio de Salud local y
de la Nación, que al analizar zonas fumigadas en la provincia manifestó que en
cánceres infantiles "los valores se encuentran por encima de lo esperado,
incrementándose notablemente en los últimos diez años, período en el que los
casos registrados triplican la ocurrencia de cáncer en niños menores de diez
años". La media mundial de cáncer en menores de 15 años es de 12-14 casos
cada 100.000 niños, los datos oficiales de Chaco muestran que el registro trepa
a 20,2 en La Leonesa, pueblo sistemáticamente fumigado en forma aérea con diversos
biocidas.
El jefe del Laboratorio de Biología Molecular del Instituto de Medicina
Regional dependiente de la UNNE -con sede en Resistencia-, Dr. Raúl Horacio
Lucero, remarcó que el caso de contaminación en las arroceras de La Leonesa y
Las Palmas se ha convertido en un “caso testigo” a nivel nacional. Por otra parte, entendemos que no contamos con
estadísticas serias y confiables sobre los motivos reales de muerte, ya que
estas aparecen bajo la causa de “paro cardiorespiratorio”, sin atender a cual
fue la causa de este paro.
Durante 2010 en Santa Fe
fueron varios los casos de fallecimientos
de camioneros como consecuencia de la intoxicación con productos que se
utilizan para evitar la aparición de plagas en los granos mientras están en
carga, incluso algunas organizaciones de transportistas amenazaron con un paro
de actividades para que la provincia instrumente controles.
El uso de los envases de biocidas luego de su uso sufre distintos destinos:
son tirados a la basura, son quemados, son utilizados para transportar otros
productos (entre ellos agua para beber); todos ellos usos no apropiados para un
envase que ha sido utilizado con un producto tóxico, o que generan nuevos
contaminantes tóxicos.
Esta agresión ambiental se expresa en la pérdida de biodiversidad y el
deterioro de otras producciones regionales y/u orgánicas y se están
favoreciendo nuevos peligros (inundaciones, sequías, epidemias, etc.).
LAS PROPUESTAS
·
Es urgente avanzar en las restricciones públicas al
uso de los plaguicidas, para lo cual es necesario aplicar el principio
precautorio, en el convencimiento que para proteger a la
sociedad de los efectos de sustancias susceptibles de ser perjudiciales es
necesario un enfoque de precaución que pueda exigir que se tomen medidas para
limitar la aportación de esas sustancias, aun antes de que se haya establecido
una relación de causa a efecto, desde pruebas científicas incontestables.
·
En consonancia con el proyecto de ley 5857-D-2010
presentado en la Cámara de Diputados de la Nación, prohibir en toda la
provincia las pulverizaciones aéreas de plaguicidas, agrotóxicos o biocidas
químicos o biológicos con destino para el uso agropecuario, cualquiera sea el
producto activo o formulado así como su dosis.
·
Prohibir la aplicación terrestre dentro de un radio
de dos mil metros a partir del límite de las plantas urbanas, periurbanas, escuelas, viviendas, centros de
salud rural, cursos y fuentes de agua, parques y zonas protegidas, etc.; y un segundo perímetro similar que
permita la aplicación exigua de agroquímicos. En caso de que se
viole la norma, se proponen penas de tres a diez años de prisión. Esas tierras se podrán recuperar para la variedad
productiva, como por ejemplo, con huertas y tambos, y para recuperar soberanía
alimentaria. No perderá la sociedad, ya que ganará en salud, en calidad de
vida, en sostenibilidad ambiental, social y económica. Complementariamente, en
el área de protección pueden realizarse actividades productivas -tal vez menos
rentables pero más sustentables en el tiempo- que privilegien el desarrollo y
empleo local. Desde luego que el gobierno provincial podría ahorrarse la
ampliación de hospitales y el costo de la atención médica a la salud de los
vecinos afectados por las fumigaciones, muchos de ellos con enfermedades terminales
de largo tratamiento o con malformaciones que requieren cuidados intensivos de
por vida.
·
Todo establecimiento
destinado a la elaboración, formulación, transporte, depósitos, almacenamiento,
distribución, fraccionamiento, expendio o aplicación de productos biocidas,
debe ubicarse fuera de los ejidos
urbanos, y a mas de dos mil metros de las plantas urbanas,
periurbanas, escuelas,
viviendas, centros de salud, cursos y fuentes de agua,
parques y zonas protegidas, etc., rodeados de cortinas forestales protectoras de al menos 10 metros de
ancho.
·
En
relación a los envases, estos deben volver a las empresas químicas para ser
reciclados y reducir los impactos ambientales negativos. Asimismo se debe
evaluar el procedimiento de lavado de los envases luego de su empleo dado el
consiguiente riesgo que presenta por la contaminación de cursos fluviales y
napas. Al ser reciclado el envase deja de pertenecer a la categoría de residuo
peligroso y el productor queda libre de la responsabilidad legal.
·
Estudio
de cuantificación de daños ambientales generado por grandes empresas
agropecuarias y forestales. Cuentas patrimoniales, planificación, para analizar
y prever daños ambientales. Procedimiento de reparación de los impactos
ambientales negativos y resarcimiento económico a la población damnificada. Prever
daños ambientales. Detener en forma urgente las actividades que generen daños
irreparables al medio ambiente.
·
Toda ley que regule la aplicación de agroquímico
además de contener la prohibición y restricción precedente, debe obligar a las
autoridades a efectuar controles epidemiológicos en toda la población
cercana a cultivos que sean tratados con agroquímicos; un monitoreo
constante del estado de la calidad del agua sea para recreación, consumo de
animales, destinada a su potabilización, al consumo humano (pozos), etc., y que
se publiquen los resultados; a mantener actualizados los registros donde se
inscriban los aplicadores, comercializadores, etc., como también un registro
donde consten las inspecciones/controles realizados, y hacer públicos los
registros.
·
Favorecer
el rol de contralor de la defensa del medio ambiente, encarando principalmente
a través de campañas de concientización desde las organizaciones, dentro del
plan de fortalecimiento institucional de las mismas, al permitir asumir un rol
más activo en su hábitat.
·
Crear un Comité Interministerial de Salud Ambiental con el objetivo de avanzar en la generación de espacios de discusión y
toma de decisiones sobre políticas transversales que tienen relación directa con
la protección de la salud de la población vinculada a problemáticas
ambientales. Este comité funcionará bajo la coordinación del Ministerio de
Salud Pública, siendo integrado además por representantes de los Ministerios de
de Producción; Planificación y Ambiente; de Gobierno, Justicia y Seguridad; de Infraestructura
y Servicios Públicos; de Desarrollo Social; y de la Administración
Provincial del Agua.
·
A
través de las instituciones con incumbencias especificas es necesario que se
realice:
o
Investigación para proteger la salud y el ambiente,
e impulsar el análisis crítico del actual modelo de producción agroindustrial y
transgénico, y buscar sistemas que permitan la integración social, el cuidado
ambiental, y bajar los
niveles de contaminación.
o
Concientización,
promoción, divulgación de los efectos nocivos de la aplicación de biocidas, asumiendo
la necesidad de educar desde las escuelas, hasta las organizaciones de
productores y consumidores.
o
Políticas
que concienticen en el proceso de la agroecología y aplicación de tecnologías
agroecológicas.
·
Transferencia
de la investigación realizada sobre cuidado del medio ambiente que readecue la
normativa vigente a los avances del conocimiento, impulsando líneas que
permitan incrementar el conocimiento de los perjuicios en el sector rural.
·
Rediseño
legal de las realidades particulares respetando la biodiversidad y el cuidado
del medio ambiente con el perfil de la agricultura familiar, promoviendo la investigación
de tecnologías de producción alternativa y agroecológica adaptadas a cada zona
y difundir las que ya existen.
·
Prohibir la fumigación
con fosfina y/o cualquier otro tipo de agroquímico a los cargamentos con granos, productos y subproductos de cereales y
oleaginosas, en camiones o vagones.
·
Prohibir el uso con fines agrícolas de las
banquinas de rutas provinciales a fin
de avanzar con la recuperación de corredores biológicos. En varios
sectores de la provincia los privados usan las tierras fiscales que están a la
vera de las rutas para sembrar cereales y oleaginosas, lo cual no sólo es
ilegal sino también genera problemas a la naturaleza. Al respecto, la idea es
tener una estrategia alternativa para mitigar impactos negativos, especialmente
en zonas que se caracterizan por la escasa disponibilidad de territorio para la
conservación de la biodiversidad y las condiciones estructurales y funcionales
básicas de los ecosistemas nativos. De esta forma se dará comienzo a un proceso de revalorización del territorio desde una
mirada integradora. La recuperación de los costados de banquinas y caminos como
corredores biológicos ofrecen una oportunidad para mejorar la conectividad y
facilitar el flujo de las especies, permitiendo más y mejores espacios para su desplazamiento,
evitando la pérdida de biodiversidad, rescatando especies nativas y evitando la
erosión genética, como también mejorar los flujos de regulación y homeostasis
propios de los ecosistemas balanceados o naturales que contribuyen a la
conservación de condiciones para la sustentabilidad regional.
·
Recomendar a las autoridades del Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación el cambio de metodología en la
clasificación de los agroquímicos, para que no sólo refleje las toxicidades
letales agudas, sino también las subletales y las crónicas; que se aplique el
principio precautorio definido por ley a los productos que se aplican y de los
que no se conocen todas las toxicidades; y que las personas que hagan las evaluaciones
tengan reconocida independencia de criterio.
·
Exigir a los legisladores nacionales de la
provincia del Chaco la aprobación del proyecto de ley 5857-D-2010 presentado en
la Cámara de Diputados de la Nación, que establece la prohibición en todo el
territorio nacional de pulverizaciones aéreas de plaguicidas, agrotóxicos o
biocidas químicos o biológicos, con destino al uso agropecuario en el control
de insectos, ácaros, hongos o plantas silvestres. Las
fumigaciones realizadas por medio de aviones o helicópteros han demostrado que
producen una "deriva" de los venenos que se esparcen de manera
incontrolable. El Parlamento de la Unión Europea ha determinado su prohibición
en todo su territorio y establecido la exigencia de adecuar las normativas de
cada país en ese sentido, ya que pulverizaciones de plaguicidas realizadas en
Francia eran detectadas en Islandia a los pocos días.[3]
PARA FINALIZAR
Somos muchos los que estamos trabajando, luchando y militando a favor de la
vida, por el derecho a vivir en un medio ambiente saludable, produciendo en
equilibrio con el medio ambiente, por el derecho a alimentarnos con productos
locales, sanos, económicos. Esto implica estar en contra del uso de los biocidas,
que como su nombre lo dice, matan la vida. Y que están causando daños sociales,
ambientales y económicos de una magnitud hasta ahora desconocida; que están
enfermando a la gente que los manipula y a la que vive en zonas aledañas a
donde se aplican casi sin control, así como a las personas que compran y
consumen alimentos contaminados con estos productos.
La sociedad
pide producción de alimentos sanos, pide producir en forma amigable con el
medio ambiente, exige el derecho a vivir en un medio ambiente sano. Y la
provincia del Chaco está en condiciones de anticiparse para crear y recrear
estas formas de producción agroecológica. No solo es un reto político, sino una
responsabilidad permanente y una necesidad urgente, ayudar a encontrar caminos
creativos y solidarios, que a partir del hábitat particular de cada ciudadano,
permitan a las mayorías en inferioridad de condiciones, humanizar sus vidas y
ser mas dueñas de su destino, tener más peso en el conjunto de la sociedad para
poder contribuir en la construcción, entre todos, de una nueva sociedad, una nueva
civilización centrada en la solidaridad, que nos reconcilie con la creación. No
es con tecnología de punta ni con artificios económicos ni con caridad
asistencial como se va a resolver esta dramática situación. Este es un problema
político reconocido pero no asumido, tal vez por anacrónicas ataduras
ideológicas, por quienes tienen el mandato de hacerlo. Y no podemos eludir la
responsabilidad que tenemos de diseñar el futuro. Esta es nuestra
responsabilidad, urgente e impostergable, y hoy los legisladores chaqueños
tienen la oportunidad histórica de legislar a favor de la vida, en contra de la
muerte.
Ese trabajo, esa lucha y esa militancia persiguen
un objetivo mucho más integral: la consecución de un sistema agroalimentario
que distribuya y diversifique la producción, que recupere y construya soberanía
alimentaria, articulando las diversas alternativas agroecológicas, de la vía
campesina, de la agricultura familiar y del trabajo solidario.
Si queremos tener éxito en el
cambio que proponemos, es muy importante que trabajemos juntos y no sembremos
confusión en esta lucha. Mucho menos que pretendamos apropiarnos en forma
privada e individual de los dolores del pueblo y de esa militancia.
No se trata de luchas
individuales; se trata de luchas sociales.
Presidencia de la
Plaza; 11 de mayo de 2012
[1] Riechmann, Jorge 2003 Cuidar la T(t)ierra. Políticas agrarias y sostenibles
para entrar en el siglo XXI. Icaria editorial. Barcelona.
[2] Riechmann, Jorge 2004 Hacia una agroética. Consideraciones sobre ética
ecológica y actividad agropecuaria. En Riechmann, Jorge (coord.) Ética
ecológica. Propuestas para una reorientación. Editorial Nordan-Comunidad.
Montevideo.
[3] DIRECTIVA 2009/128/CE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL
CONSEJO de 21 de octubre de 2009 por la que se establece el marco de la
actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas.
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